El planeamiento urbanístico de Almería es, desde hace décadas, una de las taras más evidentes de nuestra ciudad. Dejando al margen los intentos fallidos de contar con un Plan General de Ordenación Urbana moderno y actualizado —el PGOU vigente data de 1998 y tiene más modificaciones que el hilo negro—, les voy a hablar de un caso muy concreto que se trató en el último pleno, y que, lamentablemente, va a suponer una nueva oportunidad perdida para realizar un desarrollo urbano inteligente y racional de una zona específica. Les hablo de la modificación puntual número 76, que afecta a una parcela ubicada entre la autovía del Aeropuerto (AL-12) y la calle Mezquita, es decir, junto a la rotonda que hay entre el estadio de los Juegos del Mediterráneo, el McDonald, y la entrada a El Puche.
Desde Ciudadanos solicitamos la retirada del orden del día de este punto, y no porque estemos en contra de lo que se pretende hacer en dicha parcela (declararla de interés público-social), sino porque nos parece un nuevo error político que no se plantee, como sería lógico, la reordenación urbanística de todo ese sector, que hoy por hoy es a todos los efectos un polígono industrial. Hay que tener en cuenta que hablamos de un área que, debido a la expansión urbanística de la ciudad, cada día está más integrada en el casco urbano de Almería, de modo que resulta conveniente tomar decisiones meditadas para que el desarrollo natural de la ciudad se produzca de la forma más eficiente y sensata, evitando que volvamos a encontrarnos con despropósitos urbanísticos a los que, por desgracia, tan acostumbrados estamos por estos lares.
Precisamente, en el último pleno se debatió otro punto que viene a confirmar esa falta de gestión racional por parte de la Gerencia de Urbanismo. Me refiero a la aprobación definitiva de la modificación puntual número 28, en el ámbito del artículo 35 de las Normas Urbanísticas, presentada por la Junta de Compensación del Sector SUO-MNO-05. Para que todos me entiendan, se trata de cambiar la altura de los mismos, que pasa a ser de planta baja+9 como máximo. En el pleno pregunté a la concejal responsable del PP si se ha consultado esta medida a los colegios profesionales que pueden aportar, y mucho, en estas decisiones, como es el caso del Colegio de arquitectos, de aparejadores, de constructores, de promotores… La respuesta fue tajante: no. Y así nos luce el pelo.
Un tercer y último punto a destacar de ese pleno en materia de urbanismo fue el relativo a la ampliación del catálogo de inmuebles protegidos. Bienvenida sea la ampliación, que sin embargo sigue realizándose con una lentitud exagerada, pues habiendo como hay cientos de inmuebles susceptibles de ser protegidos, muchos de ellos en riesgo de venirse abajo, apenas llevamos unas pocas decenas catalogados. Esto dice mucho, y no precisamente bueno, del escaso interés del PP por nuestro patrimonio histórico. No en vano, volví a preguntar si hay intención de convocar algún día el Consejo de Patrimonio, tal y como se aprobó por unanimidad del Pleno en 2016 —incluyendo el voto afirmativo de todo el PP—. Pues dicen desde el PP que nones: que donde dije digo, digo Diego. Y ojo al argumento que ofrecen: que no quieren duplicar órganos. Supongo que, por esa misma regla de tres, se cargarán más pronto que tarde el Consejo de la Mujer, el Consejo de Escuelas Infantiles, el Consejo de Mayores, Consejo de la Discapacidad, Consejo de la Inmigración, el Consejo de Comercio… Es para darle una pensada al argumentario, ¿no?