Vivimos tiempos difíciles para todos. La pandemia, con cifras alarmantes en la ciudad de Almería, está poniendo al límite la resistencia de nuestra sociedad; de nuestro sistema sanitario, de nuestro tejido empresarial, incluso de nuestra salud emocional. Pero no es menos cierto que nunca se sabe cuán fuerte se puede llegar a ser, hasta que ser fuerte es la única opción; que la vida no consiste en esperar a que acabe la tormenta; sino aprender a bailar bajo la lluvia, y que, sabido es, después de la tormenta, siempre llega la calma. Así que fuerza y ánimo, porque esta crisis sanitaria la vamos a terminar superando con el esfuerzo de todos.
Esta maldita pandemia, que ya se ha llevado demasiadas vidas por delante, dejando además secuelas en muchos de los que se contagian, está también provocando una crisis económica sin precedentes donde los autónomos y las pequeñas empresas están siendo los principales damnificados. Por eso, lo primero que quiero es trasladar un llamamiento a todos los almerienses apelando al sentido común y la responsabilidad personal de cada uno, porque entre todos podemos remitir esta oleada que ya tiene hospitales y UCIs al borde del colapso, donde combaten a diario unos sanitarios que merecen todo nuestro reconocimiento. Por favor: salid de casa sólo si es imprescindible, usad mascarilla siempre que lo hagáis, no descuidéis la higiene de manos, y mantened siempre el distanciamiento social. Sólo así, además de agilizando las campañas de vacunación, doblegaremos esta crisis sanitaria.
Pero quiero hacer extensible ese llamamiento a la responsabilidad a las administraciones públicas, que en la mayoría de los casos están actuando con prudencia y sensatez, si bien lo ideal sería que, desde el Gobierno central, se elaborara una estrategia nacional conjunta, incluyendo un plan nacional de vacunación, para obtener la inmunidad inmediata y la mayor efectividad en esta lucha diaria contra la covid19.
Otro aspecto importante en estos días convulsos es no criminalizar a determinados sectores, como el de la hostelería, o al pequeño comercio, que bastante mal lo están pasando ya, y donde la inmensa mayoría de los locales están actuando con sensatez y profesionalidad para garantizar un servicio excelente y seguro, invirtiendo e implementando todas las medidas de prevención a su alcance. Hablando de lo cual, no dejemos de impulsar ayudas económicas pensadas para estos sectores, porque toda ayuda es poca con los tiempos que corren; trabajemos para que la tempestad pase rápida sin hundir nuestras esperanzas.