No ha tenido María Vázquez la mejor forma de arrancar su andadura como alcaldesa. Lo ocurrido en los últimos tres plenos viene a constatarlo. En el pleno celebrado el 23 de agosto, donde ejerció como alcaldesa en funciones, el PP, con ella a la cabeza, votó en contra de la moción de Ciudadanos donde pedíamos algo de sentido común: ejecutar acciones de mejora en nuestro casco histórico que el propio PP se comprometió —hace años y por escrito— a hacer, pero que no hace. En concreto, solicitábamos dar cumplimiento a distintos acuerdos presupuestarios, que el ya exalcalde ha incumplido sistemáticamente, donde proponíamos tres cosas: disponer crédito suficiente para afrontar la rehabilitación de la cueva de la Campsa, incluyendo accesos y entorno (algo que, para más inri, el PP llevaba en su programa electoral de 2015); la rehabilitación de los accesos y puesta en valor de las canteras califales; y acometer el Plan Integral de Embellecimiento del Casco Histórico, incluyendo todas las medidas que en su día se consensuaron. Pues lo dicho; el PP, junto con el que parece su concejal número 14 —el que fuera candidato de Vox y ahora no adscrito— votaron en contra. Retratados quedaron todos ellos.
El segundo pleno tenía lugar en el auditorio Maestro Padilla el 2 de septiembre, y servía para investir a María Vázquez como alcaldesa de pleno derecho. Investida fue, cómo no, con los votos favorables del PP y de ¡oh, sorpresa! el concejal no adscrito. El discurso de Vázquez una vez investida no me pareció mal en líneas generales, aunque sí eché en falta algo de autocrítica ante muchos de los problemas que tenemos en nuestra ciudad. En cualquier caso, como portavoz de Ciudadanos le tendí mi mano para hacer todo aquello que su predecesor no ha querido o sabido hacer. Una mano que seguirá tendida por el bien de Almería y de los almerienses.
Ya en el último pleno, celebrado el 5 de septiembre y con María Vázquez presidiendo por primera vez la sesión como alcaldesa in pectore, volvimos a ver un gesto que no nos ha gustado nada: el PP en bloque, incluyendo —¡oh sorpresa!— al edil no adscrito, votó en contra de la urgencia de nuestra moción en apoyo de los vecinos —unas 600 familias— de los parques del Generalife y del Carrefour, quienes vienen padeciendo, desde hace tiempo, un total abandono por parte del equipo de Gobierno en materia de mantenimiento y limpieza, y a lo que se suma un problema serio de inseguridad ante el incremento de atracos y amenazas que algunos de ellos sufren a diario por parte de ciertos moradores de dichos parques. Si una situación así no le parece urgente a los señores de PP, que baje Dios y lo vea.
Lo he dicho ya en varias ocasiones: María Vázquez es una mujer inteligente, capacitada y con el talante adecuado para ostentar el bastón de mando del Ayuntamiento de Almería. De ella va a depender, exclusivamente, demostrarlo. Pero, como he explicado, no ha empezado con buen pie.
Su problema, tal y como yo lo veo, es buena parte de lo que le rodea; asesores y concejales —propios y extraños— que, salvo honrosas excepciones, no miran por el bienestar de los almerienses, que son los que les pagan el sueldo, sino que sólo miran por sí mismos. Y así está Almería: una ciudad maravillosa con un potencial increíble, pero que deja mucho que desear en demasiados aspectos: falta de limpieza, desinterés por nuestro patrimonio histórico y cultural, nefasta gestión de la desaladora municipal con el consiguiente riesgo del acuífero para la Vega de Almería, caprichos absurdos y caros como los del arbolado y Pingurucho de la Plaza Vieja (ambos paralizados por un juez), acumulación de condenas judiciales que merman la capacidad económica del Ayuntamiento, o la estupidez de pintar colorines en un carril del Paseo para borrarlos a los cuatro días (que nos ha costado a todos los almerienses unos 300.000 euros). Son sólo algunos ejemplos de lo mucho que se hace mal, y que hay que solucionar desde nuestro Ayuntamiento.
Esperemos, por y para el bien Almería, que no se cumpla el refrán ese de lo que mal empieza, mal acaba: los almerienses no se lo perdonarían. Por la parte que nos toca en Ciudadanos, y pese a los reiterados incumplimientos y promesas del PP caídas en saco roto, no vamos a dejar de trabajar por hacer de nuestra ciudad un lugar mejor para vivir: esa nuestra auténtica razón de ser. Y por eso, nuestra mano sigue tendida; pero sin la soberbia, sin la altanería y sin la prepotencia vistas hasta ahora, sí con la humildad, el diálogo y las buenas formas que te distinguen, querida María.