Hoy sigue siendo necesario dedicar un día del calendario, como hacemos cada 8 de marzo, para reivindicar que la mujer y el hombre deben ser considerados como iguales en derechos y deberes. Pese a los avances en materia de igualdad que venimos logrando en estos últimos años, todavía falta camino por recorrer y metas que alcanzar. La igualdad total entre hombres y mujeres; ese es el objetivo. Una meta que debería ser compartida por cualquiera, sea cual sea su ideología, pero que, por desgracia, parece molestar a algunos, que no reconocen la violencia machista, mirando para otro lado frente a las cuatro mujeres españolas asesinadas en lo que va de año, y las 1.082 registradas desde 2003.

Ahí están los datos oficiales del INE, algunos bastante esclarecedores: un 77,5% de mujeres trabajadoras y un 32,9% de hombres trabajadores realizan todos los días actividades de cocina y tareas domésticas. Al mismo tiempo, el 68% de las adaptaciones de la jornada laboral, el 89% de las excedencias, y el 95% de las jornadas reducidas, están reconocidas a mujeres trabajadoras. Además, existen otras cifras que demuestran que las interrupciones laborales para el cuidado de los hijos tienen consecuencias negativas duraderas en los ingresos de las mujeres.

Por ello, me enorgullece la moción que llevaremos al plenario del Ayuntamiento de Almería, entre cuyos acuerdos incluimos los siguientes: instar al Gobierno de España a impulsar el fortalecimiento de la agenda europea por la igualdad y reforzar los recursos para las políticas de igualdad y género, mostrando nuestro rotundo rechazo al recorte presupuestario realizado por el Gobierno central a las mujeres andaluzas y sus familias que sufren la violencia machista. Y es que todos los ayuntamientos andaluces recibirán casi 1,5 millones de euros menos por parte del Gobierno PSOE-Podemos, dinero que irá a parar a ayuntamientos catalanes.

Desde Ciudadanos hemos planteado en el Congreso un Plan para una España pionera en conciliación, que incluye, entre otras medidas, permitir que, en 2024, los padres y madres cuenten con permisos de paternidad y maternidad de 24 semanas, cubriendo entre ambos periodos el primer año de vida del menor. Además, desde la Consejería de Igualdad de la Junta, que dirige Rocío Ruiz (Cs), se han mejorado todos los servicios esenciales de atención a las mujeres andaluzas con aumento de presupuestos, personal y nuevos programas. Y a nivel municipal, desde Ciudadanos hemos registrado la citada moción para reconocer el papel de la mujer durante la pandemia, y denunciar el recorte de fondos del pacto de estado contra la violencia de género.

No en vano, fue Ciudadanos quien propuso en 2017 un Pacto de Estado contra la Violencia de Género, que finalmente fue aprobado, algo de lo que nos sentimos muy orgullosos: un pacto con más de 200 medidas y reformas precisas para mejorar el sistema de prevención, detección y atención de la violencia machista.

Por cierto; Ciudadanos, el partido liberal de España, realizará el 8-M su propio acto telemático con asistencia masiva de manera digital y con presencia de la única mujer que preside un partido nacional español, Inés Arrimadas. De este modo, evitaremos participar en aglomeraciones que no garanticen las medidas de seguridad, frente al Gobierno de PSOE-Podemos, que autoriza las concentraciones presenciales e intenta capitalizar este día como si fuera propio, algo que no debería de tener color político. ¿Buscamos el postureo o sumar por una causa común?

A día de hoy, VOX es el único partido que rechaza este Pacto de Estado y que niega la existencia de una violencia que afecta de forma específica a las mujeres. Esto, sin duda, es una gran irresponsabilidad. Frente a esa actitud negacionista, desde Cs hemos intentado desarrollar las medidas que se incluyen en el Pacto de Estado, impulsado una Ley específica, pero el PSOE, sorprendentemente, ha votado en contra de implementar dicho Pacto, porque su único objetivo parece ser el patrimonializar la lucha por la igualdad real. La igualdad entre hombres y mujeres es una tarea que debe hacer toda la sociedad en su conjunto, y por tanto, no es bandera exclusiva de nadie. Porque la igualdad real entre hombres y mujeres es un derecho, así como todo un reto, pero nunca, jamás, un postureo.