Después de que un juez haya paralizado, como medida cautelar, los planes del equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Almería para arrancar los ficus centenarios de la Plaza Vieja, el propio ejecutivo municipal ha anunciado que el proyecto para trasladar el Monumento a los Mártires de la Libertad, conocido popularmente como Pingurucho, también queda “aparcado” hasta nuevo aviso. Así que, sin comerlo ni beberlo, tenemos la remodelación de la principal plaza de nuestro casco histórico en ‘stand by’ hasta vaya usted a saber cuando.

Desde Ciudadanos nos queda un sabor agridulce con esta situación de estancamiento, ya que, si bien estamos en contra del proyecto actual de remodelación, con el que nos quedaría una Plaza Vieja pelada, baldía, sin árboles, sin monumento al liberalismo, y sin apenas zonas de sombra, por otro lado nos apena comprobar cómo los almerienses vuelven a pagar el pato de la mala gestión y planificación del PP, un partido que en este asunto, como en tantos otros, está en la más absoluta soledad política, a excepción hecha del concejal no adscrito, convertido en la muletilla pepera para rotos y descosidos varios.

Y aquí me van a permitir un breve inciso, porque ese concejal no adscrito criticando el ‘personalismo’ de quien sea, viene a hacer bueno el refrán de “siempre habla quien más tiene que callar”, ya que, en política, no hay mayor muestra de personalismo y de egoísmo que la de no representar a nadie más salvo a sí mismo. Y es que huelga recordar cómo ese señor se presentó bajo el paraguas de unas siglas, las de VOX, a las que ya no representa, tras traicionar a su propio grupo municipal, y tras negarse a entregar el acta de concejal para que su persona siga con voz y voto en el plenario, pero, insisto sin representar a nadie salvo a sí mismo. Hago esta aclaración porque, sin el voto de ese señor sin representatividad alguna, el proyecto de remodelación de la Plaza Vieja que ahora está paralizado por un juez y por el propio equipo de Gobierno, nunca habría salido adelante.

Volviendo a los dos principales elementos de la Plaza Vieja que el equipo de Gobierno se quiere quitar de en medio —el arbolado centenario y el monumento a los Coloraos—, quiero insistir en que nos parece un completo despropósito. Sobre los ficus, arguyen que son dañinos para el subsuelo: tan dañinos, imagino, como los de la Plaza Virgen del Mar, los del Paseo de Almería, o los del Parque Nicolás Salmerón. ¿Los arrancamos también? Por cierto; la otra mala excusa para tratar de trasladarlos, ya saben, que si dificultan la visibilidad del convento de Santa Clara, también cae por su propio peso, pues ocurre un tanto igual con los ficus de la Plaza Virgen del Mar y la iglesia de la patrona de Almería. En cuanto al Pingurucho, ya he comentado, en varias ocasiones, que nos parece un dispendio injustificado que nos puede terminar costando un ojo de la cara.

Desde Ciudadanos ya propusimos en su día una consulta popular para que los propios almerienses decidieran qué modelo de plaza prefieren. Ya se hizo algo similar con el puente de Pescadería o para elegir el nombre de la nueva biblioteca. ¿Por qué no hacerla también para la Plaza Vieja? Por cierto, nos alegra ver que desde el PSOE ahora sí abogan por esa consulta ciudadana, habida cuenta de que se han opuesto siempre, y llegaron a votar en contra en sesión plenaria.

Vivimos tiempos muy difíciles debido a la maldita pandemia que nos asolaque ha provocado que muchos almerienses se encuentren ya en una precaria situación económica, de modo que exigimos que ese dinero, que no es moco de pavo y que, al fin y al cabo, sale del bolsillo de los ciudadanos, se destine a ayudas para los que peor lo están pasando por culpa de la covid19. Creo acertado el paso que se dio en su día desde el Ayuntamiento, con nuestro total respaldo, para sacar adelante el Plan Reactiva20, pero no podemos quedarnos ahí; tenemos que seguir implementando ayudas con un segundo plan de reactivación económica para que no dejemos atrás a nadie, en especial a los autónomos y pymes que peor lo están pasando. Eso es hacer política útil, y no enfrentar a los almerienses con una remodelación de la Plaza Vieja polémica y sinsentido.