Quiero compartir contigo ciertas inquietudes relacionadas con nuestra ciudad que, de un tiempo a esta parte, me sobresaltan, y no precisamente para bien. En concreto, voy a comentar tres situaciones sangrantes e injustas, y que urgen actuaciones por parte del Ayuntamiento de Almería, cuyo equipo de Gobierno parece últimamente sumido en un estado de conformismo y autocomplacencia muy poco conveniente para sus administrados, es decir, los ciudadanos de a pié. Me refiero a tres situaciones que, en principio, debieran ser motivo de celebración, si bien las tres reúnen circunstancias, cuando menos, censurables.
La primera cuestión que quiero trasladaros tiene que ver con una situación que, a priori, debería ser motivo de júbilo, pero que esconde una nefasta gestión del equipo de Gobierno municipal. Me refiero a la decisión de aumentar la producción de agua desalada para dejar de extraerla de los Pozos de Bernal, que como es sabido, están sobreexplotados. Ya hemos dejado claro que en Ciudadanos estamos totalmente en contra de la sobreexplotación de los acuíferos, y que entendemos que esto debería haberse solucionado hace 16 años, pero también estamos en contra de que esto suponga aumentar el recibo del agua cerca de un 20% a todos los almerienses. Por eso, aprovecho para volver a instar al alcalde a remangarse y ponerse a trabajar para buscar fondos europeos, que es lo primero que debería de haber hecho, y que haberlos ‘haylos’ –por ejemplo, el programa ‘Life’ de la UE- para paliar esa drástica subida del recibo del agua, rechazada por toda la Corporación, salvo el PP y el concejal no adscrito, el exportavoz de Vox. Y es que basta con una gestión adecuada para evitar este auténtico palo al bolsillo del contribuyente, pero eso sí; requiere acogerse a ayudas europeas, lo cual exige tomarse en serio el problema y ponerse a trabajar para que no pague el pato siempre el mismo.
La segunda cuestión es la transformación del cargadero de mineral conocido como Cable Inglés, una remodelación anunciada por primera vez allá por 1983 –ya ha llovido incluso en la desértica Almería– pero que todavía hoy se está sustanciando, y a la que le quedan, como poco, un par de años más para culminar. Como no puede ser de otro modo, desde Ciudadanos apoyamos la puesta en valor de este Bien de Interés Cultural para convertirlo en un reclamo turístico único, así como en una zona de esparcimiento sin parangón. Lo que nunca vamos a respaldar, de ninguna de las maneras, es el fétido vertedero que, pocos metros más allá, se localiza en plena desembocadura de la Rambla. En efecto, en el corazón de nuestra ciudad padecemos, desde tiempos remotos, vertidos de aguas fecales que, sumados al nulo civismo de algunos que tiran todo tipo de porquerías ahí, y a la absoluta dejadez del Ayuntamiento, cuyas labores de limpieza brillan por su pestilente ausencia, hacen que esa zona ‘noble’ de Almería siga siendo un punto negro al olfato y a la vista aun después de que finalice la restauración del Cable Ingles. Eso, por no entrar en el presunto delito medioambiental que ya investiga la Fiscalía. Todo esto lo hemos denunciado públicamente desde nuestra formación, si bien, a día de la fecha, la cosa sigue igual. ¡Qué lejos queda aquella rueda de prensa del año 2015 donde el entonces alcalde, padrino del actual, prometía acabar con todo este despropósito, garantizando incluso un bonito géiser que todos sabemos cómo terminó!
La última situación sangrante que quiero comentar viene a colación de las recién inauguradas obras de la calle Pósito, así como la mejora de la zona de La Hoya, otra actuación que apoyamos desde Ciudadanos, también muy demandada desde hace años, pero que no puede disfrazar la situación de abandono que padece el resto de aledaños de la Alcazaba, en especial en el barrio de la Chanca. Allí proliferan desde tiempos inmemoriales vertederos improvisados de escombros y basuras, así como solares abandonados a pocos metros de nuestro principal monumento, sin que los que tienen la obligación y la responsabilidad de poner soluciones sobre la mesa parezcan muy preocupados al respecto. Y ojo, que no será porque Ciudadanos no ha reclamado actuaciones en este sentido en los últimos cinco años. Pero parece que este equipo de Gobierno, cuando le mencionan la Chanca, actúa como el que oye llover. Y así, tenemos un barrio que en su día quiso optar a ser declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, pero que en los últimos años ha servido como decorado natural para rodajes de películas bélicas emulando zonas devastadas por la guerra.
En definitiva, una trilogía de despropósitos donde queda patente el poco aprecio de este ejecutivo municipal al bolsillo del ciudadano –pese a la que está cayendo por culpa de la pandemia–, al medio ambiente, y al patrimonio histórico y cultural almeriense.